martes, 17 de junio de 2008


Una pesadilla realizada
por Eduardo galeano

Para nosotros, el capitalismo no es un sueño a realizar, sino una pesadilla realizada. Nuestro desafío no consiste en privatizar al Estado, sino en desprivatizarlo. Nuestros Estados han sido comprados, a precio de ganga, por los dueños de la tierra y los bancos, y todo lo demás. Y el mercado no es, para nosotros, más que una nave de piratas: cuanto más libre, peor. El mercado local, y el internacional. El mercado internacional nos roba con los dos brazos. El brazo comercial nos vende cada vez más caro y nos compra cada vez más barato. El brazo financiero que nos presta nuestro propio dinero, nos paga cada vez menos y nos cobra cada vez más.
Vivimos en una región de precios europeos y salarios africanos, donde el capitalismo actúa como aquel buen hombre decía: «Me gustan tanto los pobres, que siempre me parece que no hay suficiente cantidad». Sólo en Brasil, pongamos por caso, el sistema mata mil niños por día de enfermedad o de hambre. En América Latina, el capitalismo es antidemocrático, con o sin elecciones: la mayoría de la gente está presa de la necesidad y está condenada a la soledad y a la violencia. El hambre miente, la violencia miente: dicen pertenecer a la naturaleza, simulan formar parte del orden natural de las cosas. Cuando ese «orden natural» se desordena, los militares entran en escena, encapuchados o a cara descubierta. Como dicen en Colombia: «El costo de la vida sube y sube, y el valor de la vida baja y baja».

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